Apalancado por el respaldo de la dirigencia de la CGT oficial que él mismo lidera, el jefe de la UOM, Antonio Caló, se plantó ayer en el desafío de asegurar un piso de 28% para el aumento salarial de los metalúrgicos, posición que volvió a poner en jaque la estrategia del Gobierno que, tras flexibilizar su intención original de imponer un tope de 24% para las subas, esperaba anunciar el cierre en bloque de un conjunto de paritarias clave con una pauta del 27% en dos tramos. Esa referencia había sido conversada, a propuesta del Ejecutivo, durante una reunión reservada que el martes por la noche mantuvieron los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Trabajo, Carlos Tomada, con una delegación cegetista integrada por Caló, Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (Upcn) y Armando Cavalieri (comercio).
Ayer, las negociaciones de los gremios de Comercio, Uocra y Upcn avanzaron en acercamientos para definir ese esquema en sus respectivas paritarias. Pero Caló, si bien admitió que el 27% era un valor razonable de referencia para los aumentos, rechazó en forma rotunda que pueda aplicarse al acuerdo de la UOM.
“Para nosotros el 27% no alcanza”, aseguró el líder metalúrgico y redobló la apuesta con la amenaza de concretar el próximo jueves el paro de 36 horas que el gremio mantiene en suspenso si no lograr sellar un entendimiento con las seis cámaras empresarias de la actividad. En el marco de las negociaciones en el Ministerio de Trabajo y luego durante un encuentro del consejo directivo de la CGT, Caló sostuvo que no aceptará ningún esquema inferior a un aumento del 28% en dos tramos más la garantía de un piso salarial de $ 8500 para el sector.
La posición del dirigente fue respaldada por la cúpula cegetista que, más allá de descartar sumarse al nuevo paro nacional que alientan los gremios del transporte y las centrales obreras opositoras, se pronunció en contra de cualquier imposición de topes a los aumentos. “No hay ni piso ni techo”, enfatizó el dirigente Héctor Daer (Sanidad), portavoz del encuentro de la CGT oficial.
A la par, la actitud de Caló frenó la definición de los preacuerdos conversados en comercio y construcción por establecer una suba de 27%. En el caso de la discusión de los mercantiles, Cavalieri y las cámaras del sector habían consensuado la implementación de ese esquema en dos tramos (17% desde abril y 10% restante en noviembre), además elevar a $ 1524 cada una de las sumas no remunerativas de $ 1200 que actualmente perciben los trabajadores de la actividad.
La negociación entre la Uocra y la Cámara de la Construcción se encaminaba a la idea de aplicar la suba en dos cuotas (18% en abril y 9% en agosto), aunque había diferencias respecto al pago de un suplemento adicional reclamado por el gremio. De cualquier manera, Martínez ratificó ayer en la reunión de CGT que aguardará el cierre de la UOM para firmar su paritaria. La misma actitud deslizaron anoche cerca de Cavalieri.
Para intentar sortear ese escenario, el Gobierno renovará hoy las gestiones para destrabar la dura paritaria de la UOM. “Vamos a conversar informalmente, pero no vamos a firmar lo que diga Kicillof, nos debemos a los trabajadores”, alertó un referente de la UOM.
El ministro de Economía fue el blanco preferido de las críticas de la reunión de la conducción de la CGT. Allí le reprocharon la ofensiva del funcionario contra la cuota sindical que cobran los gremios a sus afiliados y denunciaron el “efecto nulo” sobre los salarios del reciente anuncio de la rebaja del impuesto a las Ganancias. “Hicimos catarsis contra Axel”, describió uno de los presentes.
El escenario del resto de las paritarias sigue complicado. Ayer tampoco lograron avances los aceiteros que reclaman piso de aumento de 42% y mantienen desde hace más de una semana una huelga por tiempo indeterminado que complica las exportaciones granarias y el ingreso de divisas. En tanto los banca rios anunciaron un nuevo paro de 48 horas ante las demoras en sus negociaciones, donde presionan por un incremento de 33%.