Así, la foto política entre el presidente Mauricio Macri y Christine Lagarde, titular del FMI, podría darse el próximo fin de semana en la reunión del G7 en Canadá.
Sin embargo, los tiempos dependen ahora del FMI. El proyecto argentino está siendo evaluado en los departamentos correspondientes del organismo multilateral de crédito. Desde allí llegará a las manos de Lagarde, que -de aprobarlo- a su vez deberá explicarlo a board, donde se sientan los socios (los diferentes países) del organismo internacional.
Parte del equipo que depende de Dujovne se quedó en Washington acompañando este proceso y la otra regresó esta mañana a la Argentina. Si los tiempos no acompañan, en tanto, el anuncio llegaría la semana que viene, confirmaron fuentes gubernamentales.
El canciller Jorge Faurie viajará el próximos jueves a Canadá. Macri, en tanto, saldrá el viernes, según confirmaron fuentes oficiales. Aún no hay en agenda una reunión con Lagarde, dijeron desde Cancillería donde no descartaron que el encuentro se realice.
Aun no está claro el monto del stand-by que pidió la Argentina. “Es alto”, volvieron a reconfirmar hoy cerca del ministro de Hacienda. La tasa del préstamo rondaría el 4%. A este monto, confirmaron ayer a LA NACION, en el Ministerio de Finanzas, podrán sumarse otros préstamos de diferentes organismos multilaterales. En eso trabaja, el ministro Luis Caputo.
En las últimas semanas, desde que se desató el cimbronazo cambiario global que afectó a la Argentina y le cerró el financiamiento externo, los técnicos del Fondo y los argentinos vienen negociando un acuerdo que sería cercano a los US$ 30.000 millones. El detalle del acuerdo es tal que fue necesario incluso definir la forma de medir el déficit fiscal de la Argentina.
No es un dato menor, sino que será la pauta del ajuste que el FMI pedirá al Gobierno y del que dependerá la negociación política posterior, que se estima será compleja en tiempos de elecciones. Ayer en el Gobierno afirmaban que la pauta negociada con el Fondo estará en torno al 1,5% del PBI o en un dato incluso menor para el año que viene. Actualmente, en el año electoral, está previsto un déficit de 2,2%.
Fuente: La Nación