El principal peligro de esta sustancia potencialmente mortal es que resulta imperceptible, porque no tiene color, olor ni sabor, y no irrita los ojos ni la nariz. Está presente en el humo expulsado por automóviles y camiones, candelabros, estufas, fogones de gas y sistemas de calefacción en general.
“La inhalación de monóxido de carbono reemplaza el oxígeno en el torrente sanguíneo, lo que conlleva al sufrimiento de distintos órganos como el corazón y el cerebro, y si bien todos estamos expuestos, quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares y los fumadores”, explicó la doctora María Valeria El Haj, Directora Médica de vittal y detalló cuáles son los síntomas y reacciones más frecuentes que requieren la inmediata solicitud de ayuda médica:
• Dolor de cabeza.
• Náuseas o vómitos.
• Mareos, acompañados de cansancio.
• Letargo o confusión.
• Alteraciones visuales.
• Desmayo o pérdida de conocimiento.
• Convulsiones.
• Estado de coma.
Además, la médica compartió medidas preventivas simples y efectivas para evitar la intoxicación por monóxido de carbono:
• Dejar una ventilación permanente en cada ambiente. Además de ventilar toda la casa una vez por día, es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados, incluso cuando hace frío.
• Observar que la llama de gas sea siempre de color azul. La amarilla o anaranjada es signo de mala combustión y generación de monóxido.
• En caso de utilizar brasero o estufa a querosén, apagarlos afuera de la casa antes de irse a dormir, siempre.No dormir nunca con estos artefactos encendidos.
• No instalar calefones en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados. En toilettes y dormitorios solamente instalar artefactos con salida al exterior (de tiro balanceado).
• Controlar anualmente las instalaciones y el buen funcionamiento de los artefactos de la casa.
Fuente: Ambito