A la presión que tendrá sobre el costo de vida de mayo el traslado a precios de la suba del dólar y el posible aumento de los combustibles que por el momento el Gobierno mantiene frenado, se sumará un nuevo factor que impactará negativamente sobre la inflación: la escasez de hortalizas de hojas producto de las intensas lluvias que llevan varias semanas provocó una disparada de los precios. El kilo de lechuga más que se cuadruplicó y puede llegar a costar, según el barrio y la verdulería, entre
$ 70 y $ 140.
Según el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo, el kilo de lechuga se vendía a $ 41,87, 12% menos del valor que registró en la medición de febrero, cuando rondaba los $ 47,69. Ayer, se conseguía en una gran cadena de supermercados, entre $ 50 y $ 60 el kilo, según el tipo. Pero en un local atendido productores la comercializaban a $ 140, lo cual denota los abusos que comienzan a aparecer cuando surgen estas contingencias climáticas. “Cerramos por tres meses porque está todo caro y no nos conviene, no se vende”, explicó la dueña a este diario.
Esta situación afecta a todas las verduras de hoja verde, que se producen en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires y que tienen normalmente un precio accesible para el consumo popular. Productores de La Plata especificaron que una jaula de lechuga de 10 kilos normalmente cuesta entre $ 30 y $ 80 y hoy se está pagando entre $ 150 y $ 180.
El productor recibe este valor menos la comisión del comercializador puede alcanzar el 20% y los gastos de transporte. Y el verdulero suele remarcar un 100%, por lo que un valor razonable hoy debería ser $ 40 el kilo, lejos del que se está cobrando. Más todavía cuando el 80% del mercado en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores está en manos de comerciantes no registrados.
“Hoy se dispara la lechuga, pero tenés el tomate un 20% más barato que cuatro años atrás. ¿Qué pasa con las hortalizas de hojas verdes? Hubo un exceso de lluvia y todos estos cultivos se estropean demasiado. Hay poco en invernadero. Además, se fueron perdiendo productores tradicionales y eso hace que haya cada vez menos producto”, graficó Javier Gentile, productor y comercializador de Saverio, una frutihortícola de hace 35 años.
Gentile aprovechó para cuestionar fuertemente a puesteros de supermercados y pequeños locales al remarcar que sólo el 20% de la producción está en comercios en regla. Según opiniones empresarias, los consumidores optan por comprarle a ellos, que además tienen una gran variedad de productos y de calidad. Luego, muchos comenzaron a remarcar con los mismos márgenes de las cadenas.
Con las lluvias, la expectativa es que los precios de las verduras de hojas verdes se mantengan altas durante los próximos dos o tres meses. Así, el consumidor también se encontrará con valores elevados y quizá muy dispares entre comercios en los casos de la rúcula, la radicheta, la acelga y la espinaca. En el caso de la rúcula, tan de moda en los menúes porteños, se ofrece a nivel mayorista a $10/15 el paquete, por lo que en las verdulerías llega a encontrarse a entre $ 20 y $ 25. Lo mismo ocurre con la radicheta y la acelga. La espinaca se paga, a nivel mayorista, $ 30 el kilo, y en la verdulería se puede encontrar a $ 70 o más.
También está en alza el precio de la cebolla. Cuando los registros del Indec mostraron en marzo un valor de $ 14,68, ahora se encuentra en supermercados y verdulerías al doble de su valor. Según las fuentes consultadas, hoy el valor mayorista es de $ 15 el kilo. Pero en algunos comercios la venden al público hasta $ 60 el kilo. “Hace dos años la cebolla no valió nada y los productores perdieron plata, por lo que hicieron menos cantidad este año sumado a que Brasil comenzó a comprarle a la Argentina”, explicó Gentile.
Fuente: El Cronista