La nueva disparada del dólar que comenzó la semana pasada y continuó ayer, con un alza de 64 centavos cerró a $21,52 volvió a generar ruido entre analistas y empresarios respecto de cuál será el nuevo valor de estabilidad del tipo de cambio y cómo repercutirá este salto en la inflación. No hay que remontarse lejos para advertir que la devaluación en la Argentina siempre se traslada a precios; ocurrió en diciembre pasado. Pero por ahora la actitud del sector privado es de cautela.
¿Fue este episodio una situación aislada o el dólar seguirá corriendo? Por lo pronto, las empresas anticipan que una vez que la divisa encuentre de nuevo la estabilidad, analizarán cuál es el impacto en los costos y cuánto trasladan a precios. La preocupación es grande y cada vez reina más incertidumbre sobre el rumbo económico del Gobierno. Algunos economistas,incluso, anticipan que si el dólar continúa en ascenso, deberán corregir las pautas anuales de tipo de cambio e inflación, lo cual dejaría al Gobierno cada vez más en o side respecto de la meta del 15%.
Consultadas fuentes empresarias de diversos sectores, todas coincidieron en que por el momento hay que esperar, que el efecto de la devaluación sobre los precios no será inmediato, pero que a la larga se terminará produciendo.
Los productos importados, que cada vez hay más en el mercado, tendrán una correlación más lineal, pero en los casos de producción nacional también hay un fuerte componente de insumos provenientes del exterior. Los que tienen insumos en dólares o costos dolarizados porque tienen materias primas nacionales pero con valor internacional tendrán un impacto y subirán. ¿En qué proporción? Lo definirá cada empresa oportunamente, ya que también hay que analizar cuánto tolera el mercado cuando estamos trabajando al 60% de la capacidad instalada, manifestó a El Cronista el titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja. El empresario agregó que si bien el valor del tipo de cambio es una variable que influye en la competitividad, tiene que ser realista y su evolución no tiene que alimentar expectativas inflacionarias adicionales a las previstas.
Desde una importante firma alimenticia coincidieron en remarcar que el valor de las materias primas básicas ligadas al valor del dólar tienen que ver con la mayoría de los alimentos. Después está el mercado, si decidís trasladar todo, un poco o nada en función del posicionamiento de la compañía, afirmó el directivo de la empresa, al agregar que el mercado sigue frío y hoy todos se cuidan de aumentar porque no quieren perder share.
También el sector automotriz y de motos advierte el mismo escenario. Los vehículos y motos importados tienen un traslado directo de la variación del dólar, mientras que en los de producción nacional cada firma analiza sus costos, cómo le impactan los componentes del exterior y decide cuánto trasladar a los precios. Normalmente nosotros no aplicamos el ajuste directamente.
Se fue dando gradualmente, aseguró un empresario automotriz respecto de la devaluación de diciembre. Además, explicó que tienen revisiones periódicas de precios y que miran más la perspectiva de mediano plazo que la de corto.
A la vez, el presidente de la Cámara de Fabricantes de Motos, Rubén Lino Stefanuto, precisó que el común denominador es que a lo largo del tiempo la suba del dólar se va trasladando a precios pero en partes. En este caso, los insumos son totalmente importados y puede incidir, en el valor al público, en un 50%. Es decir que si la divisa aumentara 10% y el resto de las variables se mantuviera estable, subirían 5% los precios de las motos.
El sector comercializador de electrodomésticos también enfatiza que hay que esperar, pero que si sube el dólar se sentirá el impacto. El gerente comercial de Garbarino, Santiago Gómez Brumana, añadió que además de los bienes importados, hay muchos proveedores de Tierra del Fuego que tienen grandes componentes de materia prima del exterior.
El dólar es una variable más dentro de la estructura de costos de las compañías. También inciden los costos logísticos y los incrementos en las tarifas de servicios públicos, que también están en debate por el fuerte impacto que genera en muchas empresas, especialmente pymes. Según coinciden los economistas, el pass through traslado a precios de la devaluación se ubica en torno al 20%.
Según opinó el economista Rodrigo Alvarez, de la consultora Analytica, es difícil que haya un efecto inmediato porque aún no se vio cuál es la verdadera estrategia del Banco Central. Si la entidad no quiere errarle al 15% de meta inflacionaria por mucho, tiene que calmar la dinámica del tipo de cambio, aseguró. Para el analista, si se deja correr mucho, el Gobierno se acerca peligrosamente a una inflación anual de 24%.
Fuente: El Cronista