La mayor parte de la nave se desintegró en su reentrada debido al elevado calor generado por el roce con la atmósfera durante su caída. El regreso en la atmósfera de la Tiangong 1 se registró a las 0.16 sobre el Pacífico Sur, según los datos relevados por la red de Vigilancia del espacio que dirige el Comando estratégico de Estados Unidos.
Las últimas horas debido a que el laboratorio espacial estaba fuera de control y todas las estimaciones eran aproximadas, hubo además una coordinación de vigilancia activa entre algunos países, como Italia, Canadá, Australia, Francia, Alemania, Reino Unido, Japón y Corea del Sur.
Rebotando en las capas más altas de la atmósfera, en una de sus últimas órbitas Tiangong 1 había sobrevolado el Jiuquan Satellite Launch Center, la base espacial desde la cual se había lanzado el 30 de septiembre de 2011. Su vida operativa debió haber sido corta, solo dos años, pero en 2013 China decidió prolongar su actividad, hasta que en marzo de 2016 perdió su contactos con la nave espacial y se vio obligado a declararlo fuera de control.
El Tiangong 1 o “Palacio celeste 1”, el cual fue utilizado para realizar experimentos médicos, es el objeto con mayor tamaño número 50 que cae en la Tierra fuera de control desde 1957, según recordó Jonathan McCowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de Estados Unidos.
La Tiangong 1 es una suerte de cilindro de unos 10,5 metros, tiene un diámetro de alrededor de tres metros y dos paneles solares de dimensiones de siete metros por tres. En el momento del lanzamiento pesaba ocho toneladas y media.
Su regreso a la atmósfera terrestre estaba previsto de forma controlada, pero dejó de funcionar en marzo de 2016, suscitando preocupación respecto a su “caída”.
Durante las últimas semanas, especialmente en los últimos días, las agencias espaciales de todo el mundo realizaron un seguimiento intensivo de su trayectoria para intentar determinar de la forma más precisa posible el momento y lugar de su caída, a fin de evaluar posibles riesgos sobre el terreno.
De este modo, la primera estación espacial china concluyó así su historia, después de haber transcurrido en órbita 2.375 días y 21 horas. China invirtió miles de millones de dólares en la exploración del espacio para intentar ponerse al nivel de Europa y Estados Unidos. Este programa, coordinado por el ejército, se percibe en el país como un símbolo de su recuperada potencia.
Fuente: La Nación