Pese a que el calor era sofocante y unas aguas más cristalinas que lo habitual bañaban las orillas, este mediodía de domingo, en Río de Janeiro, las playas no fueron la principal atracción. El centro de atención estaba allí, algunos metros mar adentro, donde la Fragata Libertad y otras seis embarcaciones desfilaron y dieron comienzo así a “Velas Latinoamérica”, un evento que reúne a embarcaciones de la región.
Desde temprano, el paso de los veleros sorprendió a muchos bañistas que no estaban al tanto del desfile en la Ciudad Maravillosa. Las embarcaciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, México y España navegaron frente a las playas de Bgasarra de Tijuca, en la zona oeste, y luego siguieron hacia el sur por Sao Conrado, Leblon, Ipanema y Copacabana. En las cubiertas, cada una de las tripulaciones saludaban a quienes los seguían en tierra.
“Velas Latinoamérica” es la tercera edición de la regata que reúne a embarcaciones de la región, con siete países participantes, y que tiene por objetivo fortalecer los lazos de amistad entre los países de América Latina. La edición anterior, celebrada en 2014, había sido organizada por la Argentina. Esta regata, además, se propone celebrar el bicentenario de la proclamación y juramento de la independencia chilena.
Las siete embarcaciones surcaron las aguas del mar carioca y, en el trayecto, pasaron próximas a algunas de las postales más características de la ciudad, como el fuerte de Copacabana, la Bahía de Guanabara y el Pao de Açúcar. Casi en el final del trayecto, cuando pasaban por el Club Naval, en el centro de Río, los veleros eran recibidos con fuegos de artificio.
La Fragata ARA Libertad desfiló en segundo lugar, detrás del navío brasileño Cisne Branco, y amarró en el puerto de Río cerca de las dos de la tarde. El velero argentino, liderado por el capitán Carlos Gabriel Funes, llegó a Brasil con una tripulación de 26 oficiales, 192 suboficiales, varios cadetes de Armadas extranjeras y unos 76 alumnos, quienes completarán su formación en el trayecto internacional.
Según fuentes del Ministerio de Defensa, todo el el viaje de instrucción de la Fragata Libertad, con una duración de ocho meses, insumirá cerca de unos cuatro millones de dólares. En algunos sectores de la Armada y, sobre todo, entre los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, desaparecido el 15 de noviembre pasado, no cayó bien que la Argentina forme parte de la regata.
Aferrados a la esperanza de encontrar a sus seres queridos y conocer qué pasó en las profundidades, los familiares lanzaron a fin de febrero una colecta para contratar buques privados que se sumen a las tareas de búsqueda. Por eso, esperaban que el cuadragésimo séptimo viaje de la Fragata Libertad estuviera marcado por la austeridad, para que el Gobierno refuerce las partidas presupuestarias destinadas a los rastrillajes.
En la llegada de la embarcación argentina no se percibía ninguna referencia al luto o a la desaparición del ARA San Juan. El buque escuela argentino permanecerá amarrado en el puerto de Río, próximo a la Praça Mauá, hasta el 31 de marzo. En ese plazo estará abierto para visitantes por las tardes.
Una vez que parta de Brasil, la fragata visitará los puertos de Punta del Este, Montevideo, Buenos Aires, Ushuaia, Punta Arenas, Talcahuano, Valparaíso, Antofagasta, El Callao, Guayaquil, Balboa, Curazao, Cartagena de Indias, La Guaira, Santo Domingo, Cozumel y Veracruz, México, donde terminará Velas Latinoamérica el 2 de septiembre. Después el buque llegará al puerto de Baltimore, en los Estados Unidos, y finalmente volverá a Buenos Aires el 17 de noviembre.
Fuente: Nuestromar