El BCRA se apresta hoy a realizar una nueva licitación de Lebac en la que buscará renovar $ 500.000 millones aproximadamente, lo que representa cerca del 40% del stock. Los analistas siguen prefiriendo los tramos más cortos y explican que será así hasta que no el BCRA no dé señales de bajar las tasas y/o elevar los rendimientos de los plazos más largos.
Juan Manuel Pazos, Jefe estrategia de Puente, resalta que “el BCRA está mandando mensajes contradictorios con la decisión de tasas. Tanto en el comunicado de política monetaria como en las entrevistas que ha brindado Federico Sturzenegger últimamente, se nota que la entidad está preocupada por la volatilidad en el tipo de cambio y por el traspaso a precios”.
Respecto de la decisión de tasas, destaca que el BCRA está en un estado de pausa, aunque a la vez sigue señalando en sus comunicados bajas importantes para el segundo y tercer trimestre. “Las tasas implícitas para el vencimiento más corto están mostrando que para octubre tendremos tasas del 20%, algo que el mercado no ve como posible ya que supondría un descenso de las tasas de interés muy abrupta y en un corto plazo”. Respecto de la conveniencia de posicionarse en la parte más larga, Pazos considera que “mientras el BCRA mantenga su pausa en el sendero de tasas, pero continúe señalizando que las tasas seguirán siendo bajas en el futuro, va a ser difícil pensar en alargar duracion dentro de la curva de Lebac.
La señal para alargar duracion será ver cómo el BCRA aplana la curva y vuelve a tentar a los inversores, dando a entender que se conseguirán mejores tasas en plazos más largos, disminuyendo el atractivo para los tramos más cortos”.
“Hoy en día tenemos una parte corta de la curva que está anclada por cuestiones de presión inflacionaria y por tipo de cambio. Si los inversores se posicionan en Lebac más largas, se está comprando un potencial recorte de tasas que por ahora no parece tan cercano”, explica.
El equipo de research de Grupo SBS recomiendan acortar duración en la curva de Lebac ya que el BCRA no tiene espacio para recortar tasas. “La marcha de los indicadores de alta frecuencia y el tono del último comunicado, donde la entidad aclaró que no relajará su política hasta que se confirmen señales de desinflación, parecieran indicar que veremos tasas en los niveles actuales al menos hasta fines de abril”, señalan desde la compañía.
Respecto del momento de alargar duración, los analistas del Grupo SBS agregan que “tal vez podría llegar en el segundo semestre, donde anticipamos un entorno mucho más favorable en materia de inflación. Con los efectos de segunda ronda de los aumentos tarifarios y el pass-through de la depreciación del peso ya digeridos, debiera darse un escenario donde la inflación baje de manera más pronunciada. Sin embargo, por el momento consideramos que la curva de Lebac no entrega premio suficiente en el tramo largo como para justificar una mayor duración”.
Alejandro Kowalczuk, head portfolio manager de Argenfunds agrega que para la licitación de Lebac debemos tener en cuenta varios puntos. “Por un lado que en el último comunicado el BCRA dejó en claro que no relajará su política hasta que se confirmen señales de desinflación compatibles con el sendero buscado; que el dato de inflación minorista de febrero fue de 2,4% y la mayorista de 4,8% (este último preocupa por el traslado, más tarde o más temprano, a precios minoristas); y que las
expectativas de mercado se encuentran mínimamente un 5% arriba de la meta fijada por el BCRA. Todo esto nos lleva a descartar la posibilidad de una baja en las tasas de Lebac”.
Además, Kowalczuk destaca que el Central mencionó que “la aceleración de precios es temporaria” y que, concluida la etapa de suba de las tarifas y con el apaciguamiento del dólar, la inflación consolidará su tendencia a la baja. Consecuentemente, si cree que efectivamente la aceleración es temporal, y que las tasas de corte anterior eran acordes a su objetivo para 2018, tampoco deberíamos esperar una suba adicional en tasas.
Desde el lado operativo, sostiene que “todo esto nos lleva a recomendar la Lebac con vencimiento 18 de abril y su reinversión, ya que, de acuerdo a nuestras proyecciones, esta estrategia supera el rendimiento que tienen las Lebac más largas. Esto, sumado al freno que le puso el BCRA al tipo de cambio, nos hace apostar al carry-trade en el corto plazo, al menos (como dice el propio BCRA) hasta que concluya la etapa de suba de tarifas y estén cerradas la mayoría de paritarias”.
En la misma línea, Diego Demarchi, gerente de Wealth Management de Balanz Capital, resalta que “va ser importante seguir si el Central logra renovar la totalidad de los vencimientos para monitorear el destino de lo no renovado. Considerando los datos de inflación durante los primeros meses del año se espera que el BCRA mantenga los niveles de tasas que se operan en el mercado secundario con un 26,5% de referencia para el tramo más corto. Tomando en cuenta también el comportamiento
de la autoridad monetaria durante marzo en relación al tipo de cambio, en Balanz todavía vemos valor en las letras de corto plazo para aprovechar las altas tasas”.
En un informe enviado a sus clientes, Matías Roig, director de Portfolio Personal, señala que la colocación llega en un momento en que las posiciones en pesos parecen recuperar su atractivo. “Las estrategias de carry trade vuelven a mostrarse como opción, aunque con ciertas reservas. El porqué de este viraje está en la posición del BCRA, la devaluación acumulada, y las cada vez más altas expectativas de inflación. Por un lado, el salto de cerca del 15,5% en el tipo de cambio en los últimos
tres meses (desde mediados de diciembre) y la aparición del BCRA interviniendo en el mercado, permite apoyar la sensación de que se le marca al billete una zona de techo y piso de corto plazo”.
“Por otro lado, el accionar de la entidad no es azaroso. Se justifica en las presiones inflacionarias (hoy las expectativas orillan el 20% para el año, contra una meta del 15%), y en el reconocimiento explícito del impacto de esta aceleración del dólar sobre los precios. Esto último limita la flexibilidad de la política monetaria. Es decir, restringe la probabilidad de bajar más agresivamente las tasas de interés, aunque el BCRA parezca (obligado o no) a cuidar no sólo la inflación sino también el crecimiento”, explicó Matías Roig.
Fuente: El Cronista