Por primera vez, los científicos de la NASA anunciaron una reducción del agujero de ozono del 20 por ciento en la Antártida gracias a un menor uso del cloro y de compuestos químicos a base de esa sustancia.
Estos componentes (los llamados clorofluorcarbonos, Cfc), fueron prohibidos por el Protocolo de Montreal de 1987, el acuerdo para la reducción de las sustancias que amenazan la capa de ozono y que entró en vigencia dos años después.
“Podemos ver muy claramente que el cloro de los CFC está reduciendo el agujero de la capa de ozono, y que la pérdida de ozono en la atmósfera se está ralentizando”, afirmó Susan Strahan, autora principal del proyecto y científica atmosférica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
Los clorofluorcarbonos eran usados para la refrigeración (frigoríficos, congeladores, acondicionadores de aire) y como propelentes para los spray y eran considerados responsables de una alarmante reducción del ozono en los altos estratos de la atmósfera.
Sobre la base de las observaciones del satélite Aura en órbita desde el 2004, los científicos del Goddard Space Flight Center monitorearon los meses invernales en la Antártida entre el 2005 y 2006 y hallaron que la reducción del cloro permitió “reparar” el 20 por ciento del agujero de ozono.
De acuerdo al sitio de National Geographic, el agujero de la capa de ozono de la Antártida se forma durante septiembre en el invierno del hemisferio Sur. Para determinar cómo el ozono y otras sustancias químicas han cambiado año tras año, los científicos utilizaron datos del Sounder Microwave Limb (MLS), un instrumento instalado a bordo del satélite Aura, que ha estado realizando mediciones continuamente en todo el mundo desde mediados de 2004.
Los científicos auguran que el agujero de ozono antártico debería continuar recuperándose gradualmente a medida que los CFC desaparezcan de la atmósfera, pero la recuperación completa llevará décadas.
Fuente: Clarin