El final de la siesta del dólar desembocará en los próximos días en un nuevo aumento de las naftas. Con el crudo en un alza imparable desde julio y la moneda estadounidense despierta, los combustibles líquidos tendrían una suba cercana al 5%. De esta manera, llenar un tanque con 50 litros de nafta costaría casi $ 1200 en el arranque de 2018.
Desde la semana pasada, las petroleras vienen haciendo las cuentas para retocar sus precios. Los rumores del siguiente incremento comenzaron luego de la aprobación parlamentaria de la reforma previsional, que coincidió con el inicio del salto del dólar. Sin embargo, una fuente del sector evaluó que el siguiente ajuste se demorará todo lo que se pueda para evitar incrementar el malhumor social que predominó hace unos días. Un fin de año en paz es la idea.
La divisa cerró ayer a $ 18,61 en el mercado minorista, con un récord histórico (ver F&M). Desde el primer fin de semana de diciembre, cuando las compañías decidieron el último aumento de las naftas (6%), el peso se depreció frente al dólar un 5,9%, con una marcada suba en los últimos siete días.
A la vez, el crudo Brent terminó ayer en u$s 66,22 y sigue recuperando precios que no tenía desde mediados de 2015. En el mes aumentó un 3,9% y en el segundo semestre tuvo un alza de 40%. El mayor precio del petróleo en el mundo representa una excelente noticia para las petroleras, para quienes la explotación de ciertos pozos se les vuelve rentable, y para las provincias, por la posibilidad de percibir mayores ingresos en concepto de regalías (en los primeros meses de 2017, por la menor producción, la caída está en torno al 20%) y tener mayor empleo. Al mismo tiempo, ante la liberación del mercado decidida por el Gobierno, los consumidores argentinos pagan cada vez más caros los combustibles, que tienen efecto sobre el resto de la economía.
Desde que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció el final de la intervención del Estado en la definición de los precios, las naftas aumentaron un 15%, casi la mitad del ajuste en todo el año. Un litro de nafta súper en Capital Federal cuesta $ 22,66, o u$s 1,22 al tipo de cambio de ayer. A principios de 2017, con el mercado aún regulado, el litro estaba a $ 17,08, por lo que el salto fue de 32,7%. Después de perder el año pasado contra la inflación, este ciclo cierra en positivo para el sector.
Semanas atrás, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, reconoció que los permanentes ajustes en los combustibles complican su misión de bajar la inflación. “Las naftas agregaron directamente un punto porcentual a la inflación de todo el año”, comunicó. Los sucesivos aumentos preocupan al ala económica del Gobierno, que puede calcular con certeza los incrementos tarifarios de luz y gas pero ya no regula las naftas y el gasoil.
Según estimó el mes pasado Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, la suba de los combustibles en este mes sumará 0,3% a la inflación. Un alza similar agregaría una cifra parecida al primer mes de 2018.
Lo que las petroleras consideran como “positivo” es que los nuevos impuestos definidos en la reforma tributaria, recientemente sancionada en Diputados, no impactarán en los surtidores.
Fuente: El Cronista