En 2016 hubo dos persecuciones a cañonazos a pesqueros chinos que faenaban ilegalmente en el Mar Argentino, en uno de los casos, una de las embarcaciones intentó embestir a la nave de la Prefectura Naval. El incidente concluyó con el potero chino hundido.
Entendamos ésto: un barco que cometía un ilícito dentro del Mar Argentino, al cual el Estado de bandera, o sea el Gobierno de China, le subsidia el combustible, intentó colisionar a un barco de las fuerzas de seguridad de la Argentina.
Una colisión en alta mar puede provocar hasta el hundimiento de una o ambas embarcaciones, incendios, heridos y hasta víctimas fatales.
En otro contexto y si hubiera sido dentro de la ZEE de otro país, la situación hubiera escalado a niveles en los que no se descartarían las posibilidades de un enfrentamiento bélico.
Este incidente es una descarnada muestra de que el problema de la pesca furtiva va mucho mas allá del control que pueda ejercer el Estado dentro de su ZEE, sinó que es un problema diplomático del más alto nivel, el cuál requiere una actuación acorde de parte del Gobierno Argentino, tal es así que esta situación volverá a ocurrir irremediablemente, porque el Gobierno de China sigue subsidiando a su flota pesquera y enviándolos a extraer ilícitamente (robar) los recursos del Mar Argentino.
Los estados
No hay que olvidar que la flota que depreda el Atlántico Sur está compuesta casi exclusivamente por barcos de 4 países, éstos son: Corea del Sur, Taiwán, China y España. Todos ellos subsidiados por su Estado de bandera, o sea, son los Estados, con recursos de los Estados los que realizan la pesca pirata, si, Pirata.
Además de los subsidios que reciben estas empresas, las mismas emplean mano de obra esclava, proveniente de Africa, Indonesia o Filipinas, son regulares los crímenes y la violación a los Derechos Humanos a bordo.
Si bien es un poco tarde, es hora que desde la Cancillería Argentina, se comience a trabajar para cambiar esta situación, porque al ritmo que lleva de aumento la flota furtiva, en cinco años serán mil barcos peleando por el úlimo calamar del Atlántico Sur.
Algunos datos
Mas de 400 barcos operan en el pico de emporada al borde de la milla 200. Impactos económicos: Casi mil millones de dólares anuales en captura de diversas especies, principalmente calamar (Illex argentinus). Los subsidios a la pesca le cuestan a la economía mundial mas de 23 mil millones de dólares. Solo 10 países capturan el 71 % de la pesca en alta mar. El 90 % de los caladeros del mundo se encuentran colapsados, sobreexplotados, o al límite de la explotación. El océano sólo puede soportar la mitad de los barcos pesqueros que operan actualmente.
Sólo un avión de la Armada realiza el control aéreo
Una de las formas más eficaces para vigilar la Zona Económica Exclusiva y fundamentalmente el límite de las 200 millas náuticas son los medios aéreos, sobre todo en esta época del año donde cientos de barcos operan sobre el calamar en el área adyacente.
Esa tarea está en manos de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, con asiento en la base chubutense Almirante Zar. Allí están destacados los tres aviones P-3B Orión fabricados a mediados de la década de 1960 y que prestan servicio en la Armada desde 1996.
Pero, sólo uno de ellos se encuentra operativo. A bordo de esa aeronave precisamente se realizó un recorrido en el que se constató la magnitud que alcanza la pesca del illex por parte de buques extranjeros.
El mantenimiento de los P-3 se convirtió en la mayor de las ocupaciones en la base aeronaval destacada en Trelew y, por estos días, una de las aeronaves se encuentra en la Fabrica Argentina de Aviones de Córdoba para extender su funcionamiento entre 1.500 y 2.000 horas.
El rol de la Prefectura
Dada la complejidad que supone el control del límite exterior de la Zona Económica Exclusiva, la Prefectura emitió oportunamente un comunicado donde reivindica su tarea. Desde la fuerza explicaron que mantienen desplegados distintos medios para patrullar el área, fundamentalmente la milla 200, la cual experimenta el acercamiento de la flota extranjera que viene por el calamar.
“Esta función, de la Prefectura Naval Argentina, se ejecuta a través del Servicio de Tráfico Marítimo, el Departamento de Policía Auxiliar Pesquera, el Servicio de Aviación y el Servicio de Buques Guardacostas”.
La Dirección de Operaciones detecta todos los buques a través del reporte de AIS (Sistema de Identificación Automática). Cuando un barco apaga su sistema de identificación, se enciende una alarma que revela aquellos que se encuentran sin el reporte de AIS.
Hoja de ruta para funcionarios distraídos
Para comenzar, es fundamental que en la Cumbre Ministerial de la OMC el próximo diciembre en Buenos Aires, se logre que para 2020 se prohíban los subsidios a la pesca industrial, está en la Agenda, y es uno de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU, junto al fin de la pesca IUU.
Por otro lado, es necesario de manera urgente el inicio de un planteo firme a los Estados involucrados, los que subsidian su flota y la envían al Atlántico Sur, y los que brindan apoyo logístico. Plantear el problema de la pesca en aguas internacionales y buscar una solución definitiva ante la ONU.
Fuente: Nuestromar