Y pasó nomás, pero no de largo. El sábado reabrimos el pasaje bajo nivel de la Estación Sud. Muchos no habían entrado nunca al túnel, otros volvieron a hacerlo después de muchísimo tiempo. ¿Encontramos un dinosaurio adentro, como esperaba Franquito?, ¿Un tesoro en libras esterlinas, como se ilusionaba José?, ¿Restos de aquel banquete de 1884, como le hubiera gustado a Diana? Nada de eso. En su lugar, descubrimos que el túnel no sólo conecta un andén con otro, sino también con mil pequeñas historias que bajo tierra encuentran su raíz común: “Esta era nuestra guarida cuando nos rateábamos del industrial”, “Yo lo cruzaba para visitar a mi primer novio, que vivía en Villa Mitre?”, “Si habré corrido en ese túnel cuando era chica, nos fascinaba el eco”.
Pero para la Señorita Subjetividad Baldosa y el Señor Bidón Glifosato, el túnel de la Estación Sud conduce aún más lejos, o mejor dicho, más profundo. Vincula, a través del “agujero negro del dinero”, las razones de la llegada del tren a esta zona con las razones de su posterior destrucción. Porque para la Señorita Subjetividad Baldosa y el Señor Bidón Glifosato el túnel no pasa simplemente bajo la estación, se hunde, además, en la “pavorosa pampa”. Como si en la oscuridad del pasaje subterráneo fuera posible indagar, con linterna de minero, en el sustrato histórico que modela el paisaje presente. Leer, por ejemplo, en las crónicas y los discursos de la llegada del tren a Bahía Blanca, la gramática primitiva del agronegocio actual y de la “cultura transgénica” que porta consigo.
El túnel, nos gustaría pensar, une el pasado con el futuro, los recuerdos con la imaginación del porvenir, pero el tránsito en cualquiera de estas direcciones continúa siendo incierto. En definitiva, no encontramos nada en este pasaje salvo el aviso de cosas extraviadas: “¡Se perdió! Responde al nombre de Talleres Bahía Blanca Noroeste. Si lo viste llamanos. Gratificaremos devolución.” ¿Qué hacemos con este túnel ahora que volvimos a saber que existe? En principio, no volver a olvidar que allí nos sigue esperando.
Fuente: Ferrowhite.