La inflación muestra signos de desaceleración que se intensificaron en la segunda parte del 2017 pero aún no está dentro de las pretensiones del Banco Central. Esto provocó que la autoridad monetaria decidiera subir las tasas de referencia y hoy se mantienen en niveles cercanos al 30 por ciento. En este contexto, el precio del dólar en la city porteña se mantiene virtualmente planchado y esto provoca una fuga de inversores al mercado de tasas.
Teniendo en cuenta este panorama ¿sigue conviniendo que un ahorrista adquiera dólares? Los analistas consultados por El Cronista tienen distintas visiones.
“Viendo el comportamiento del dólar en estas últimas semanas, es conveniente mantenerse en pesos. Con los próximos aumentos tarifarios, el BCRA va a mantener las tasas tanto de las Lebac como la de referencia de política monetaria cercanas al 30%. Lo recomendable es ir renovando las Lebac en el tramo corto y los bonos que ajustan por CER”, indicó Ezequiel Estrada economista de Ficonomics.
En el mismo sentido, el analista cambiario Pablo Mingrone de PR Cambios afirmó: “El dólar como inversión no ha sido conveniente durante todo este año y todo hace parecer que no lo será durante el próximo mes y medio que queda del 2017. Estamos en un contexto de tasas elevadísimas y no hay ninguna intención de bajarlas en el corto plazo. Esta ha sido la política monetaria y cambiaría del bcra durante todo el año”.
Los próximos aumentos
Las subas de tarifas de gas, electricidad y posteriormente de agua son solo algunos de los aumentos con los que se abrirá el 2018. El transporte será otro rubro a tener en cuenta y todos impactarán en menor o mayor medida sobre el índice de inflación. Es así que si el Central quiere mantener una política de tasas reales deberá mantener el tipo de interés en niveles históricamente altos. Algunos analistas se aventuran a pronosticar una baja gradual a partir de marzo, pero en el mes de noviembre esa meta es todavía algo lejana.
“El dólar como inversión está planchado, y esto ocurre por las tasas altas en pesos que hoy se observan. De hecho, mientras las tasas estén al 30% y con un déficit fiscal que requiere de dólares permanentemente ingresando al país, es difícil pensar que en el corto plazo el billete tenga una disparada. Podemos pensar un tipo de cambio que pueda ajustar en paralelo con la inflación, pero no mucho más que eso”, dijo Augusto Posleman, director de Portfolio Personal.
Presión a la baja
Aún resta poco más de un mes para finalizar el año y se espera un aumento de la oferta de billetes para el último mes. “Aunque al Gobierno le pueda interesar un tipo de cambio un poco más competitivo, en un contexto general donde se reconoce que hay retraso cambiario, seguimos al menos de corto viendo más presión hacia la baja que hacia el alza”, agregó Posleman.
“Diciembre es un mes en el que las empresas tienen que pagar aguinaldos, por lo que será muy difícil que estas demanden la divisa y hasta sería lógico que algunas vendan dólares en stock para pagar sueldos entre otras cosas. Por otro lado, al haber aumentos de gas y electricidad, algunas familias van a tener menos dinero disponible por lo que también sería lógico que no demanden dólares”, recordó Estrada.
Por su parte, Mingrone explica que en el Gobierno siguen observando como una preocupación la alta demanda de dólares de minoristas. “No logran comprender como la gente lo sigue prefiriendo ante otras oportunidades de inversión como por ejemplo las Lebac. Esto es cultural para el argentino, que si bien ha invertido mucho en pesos este año, siempre algo en dólares sigue comprando”.
Mientras la demanda sigue presente, aunque por momentos no es significativa, otra cuestión que sigue de cerca el Gobierno es el destino de los dólares que ingresan al País. “Hay un fuerte ingreso de divisas pero que van al sector financiero y no a la economía real”, indicó el director de Ficonomics y finalizó: “Esto es producto de las altas tasas que mantiene el BCRA para combatir la inflación. El problema de esto es que si ocurre un ‘cisne negro’ en el exterior estos capitales van a buscar refugio en otros activos más seguro por lo que al querer salir van a generar una fuerte presión en el tipo de cambio”.
Fuente: El Cronista