La 264ª entrega de IngenieroWhite.Com, emitida por La Brújula 24, contó con la visita de Rosana Fernández, vecina de nuestra localidad con raíces whitenses y relacionada muy de cerca con el mundo del tango.
“Siempre digo que a la hora de cantar, depende mucho del estado de ánimo. Al mismo tiempo, soy muy autocrítica de mis defectos y respetuosa de los músicos”, aseguró.
–¿Cómo surgió el tango y el aspecto musical en tu vida?
–Nunca pensé que iba a ser cantante de tango. Fue gracias a mi mamá, quien cantaba tangos de joven mientras hacía las tareas domésticas en casa. Así aprendí a quererlo.
“Cuando tenía 24 años formé parte de un concurso interprovincial y quedaron las bases para empezar en tanguerías y a rodearme de excelentes personas y profesionales”, destacó.
–¿Qué te generó interpretar el himno de White en el aniversario?
–Como es una canción que está fuera de mi registro y es difícil de cantar, decidí recitarlo a tempo. Es una canción hermosa y muy emocionante porque, encima, a la gente le llegaban todos los detalles y podía masticar la letra. Me temblaban las piernas.
–Su vínculo con Ingeniero White
“Nací en el Hospital Menor y me crié en Knout al 3800. Uno recuerda los vecinos y la vida de esos tiempos, como a los Corvalán, Vallejos, Barragán, Tedesco, Ruiz, Miriam Conte. Fui a la Escuela 68, que estaba en Avenente, y terminé en la 15. Cada tango, en parte, detalla pedacitos de White, el puerto, el empedrado y sus costumbres”.
“Además, estuve en la Sociedad de Fomento y formo parte del Panel Comunitario de Dow. A White lo veo quedado en el tiempo y siento que todavía hay muchas cosas por hacer”.