“Tres trimestres consecutivos de . Cada día un poco mejor”, twiteó la semana pasada el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y presentó un spot en el que mostraba a la pesca como la con mayor crecimiento, un 28% en la comparación interanual.
La afirmación generó sorpresa en el pesquero marplatense que desde hace una semana no para de exponer su crisis. Dujovne, como bien lo muestra el informe de coyuntura de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, hace referencia al crecimiento de los desembarques; pero este dato por sí solo no explica la compleja situación de la pesca argentina, en la que conviven la abundancia y ajustada del langostino, las buenas capturas de calamar que no generan en tierra y la crisis del sector fresquero marplatense, signada por altos costos internos y un tipo de cambio poco favorable.
Las exportaciones también han crecido y en este caso el calamar vuelve a ser el gran distorsionador en forma positiva de los índices globales. Un crecimiento del 25% es alentador, sobre todo cuando aún no se ha incorporado la producción de las flotas congeladora merlucera y la langostinera, que acaba de iniciar la temporada; pero no debe perderse de vista que este índice está influenciado por un aumento del 200% de las ventas de calamar illex.
Es cierto, la pesca no está en crisis: lo que está en crisis es el sector fresquero marplatense, que ya ha dejado unos 600 desempleados que no figurarán en ninguna estadística por ser en su mayoría trabajadores en negro.
Desembarques y más
Los desembarques al 30 de abril llegaron a 249.082 toneladas que implican un crecimiento del 27,8% respecto del año pasado, que se debe indiscutiblemente al aumento en las capturas de calamar illex que en 2017, con 88.342 toneladas, aumentó un 184,5%. El langostino también ha contribuido con un nada despreciable aumento del 41,6%, llegando a 39.737 toneladas y esto antes de que comenzara la temporada de pesca en aguas nacionales, cuando fresqueros y congeladores de todo el país llegan para hacerse de su porción de crustáceos.
La merluza hubbsi, la principal especie que se desembarca en los puertos marplatenses, no ha bajado en la magnitud que se denuncia. El detonante de una profunda crisis de empleo comenzó con una baja en la subdeclaración que si bien puede interpretarse como un ajuste en los controles a partir de la llegada de Cambiemos, es en realidad un efecto de la baja rentabilidad. La estadística oficial por supuesto no lo refleja; el volumen que alimentaba a plantas y trabajadores no registrados ya no llega a puerto e impacta en Mar del Plata.
Los desembarques de merluza en los primeros cuatro meses cayeron respecto del año pasado solo 4.500 toneladas. Si bien los desembarques provenientes del stock sur bajaron un 23,5%, el sector norte sorprendió con buenos rendimientos y creció un 87,5% y específicamente en la Zona Común de Pesca un 531,9%.
El resto de las especies comerciales mantuvo cierta estabilidad respecto de igual período de 2016 con excepción de dos especies, el abadejo y las rayas, que resaltan su aumento del 42% y del 17% respectivamente, porque son especies en riesgo sobre las que se aplican medidas restrictivas tendientes a disminuir su captura (ver “Para salvar del colapso al abadejo hay que considerar las medidas y controlarlas” y “Prohíben la pesca de abadejo”.
En Mar del Plata se perdieron en los últimos dos años 600 puestos de trabajo en tierra y no puede deberse a una reducción de poco más del 6% de los desembarques de merluza. Aquí, como ya dijimos, entran en juego otras cuestiones relacionadas con la subdeclaración y la baja rentabilidad, como así también con una decisión empresaria de trasladar sus barcos al sur para capturar langostinos (Ver “Tras tensa reunión con ministros, los costeros en alerta roja”.
Por otra parte, la reducción de empleo tampoco impactará en las cifras del Ministerio de Trabajo dado que se trata en su mayoría de trabajadores irregulares encuadrados en un sistema al que desde hace décadas llaman cooperativo. Recordemos que según datos de los ministerios de Agroindustria y Trabajo, de las más de cien cooperativas de pesca que operan en Mar del Plata solo cinco son legales.
Pero además, el empleo en la pesca creció de forma sostenida en el Puerto de Rawson donde el procesamiento en tierra ha generado la producción de colitas, que en el primer trimestre del año lidera las exportaciones de crustáceos.
La actividad en todos los puertos ha crecido con la excepción de Comodoro Rivadavia. En Mar del Plata la atracción de los poteros con medidas de promoción del Puerto logró volver a los guarismos de 2015, pero esta especie no genera trabajo en tierra y solo fue un alivio para los trabajadores portuarios. El mismo impacto tuvo el illex en Puerto Madryn y fundamentalmente en Puerto Deseado, que cuadruplicó la actividad de 2016. Rawson creció en unas 10.000 toneladas pero en este caso, como ya dijimos, es gracias al langostino.
En cuanto al desempeño por flota, el nivel de capturas muestra una foto de estabilidad en la que no deberían existir problemas de empleo en las tripulaciones; pero en realidad esas capturas están concentradas en menos barcos, dado que muchos se encuentran parados con el aval del Consejo Federal Pesquero, que otorga justificaciones de inactividad por tiempo, en la realidad, indeterminado.
Ventas al exterior
Las exportaciones crecieron un 23,5% en toneladas con 118.947 toneladas de producto vendidas por 444.594.000 pesos, lo que implica un aumento del 23,9% respecto al primer trimestre de 2016. Este aumento puede atribuirse casi con exclusividad al calamar; la venta de moluscos creció un 229% en volumen y un 250% en dólares. Los valores que se presentan en este informe sobre el langostino y la merluza hubbsi son relativos, porque la temporada para los tangoneros acaba de empezar y la flota congeladora merlucera recién ahora está terminando su primera marea.
De merluza hubbsi se vendió un 25,9% menos en volumen y un 13,5% en recaudación, gracias a un aumento del precio del 17%; en total se exportaron 16.760 toneladas por 44.179.000 dólares. El filet congelado, principal producto de venta, fue el único que creció un 10,7% en volumen y un 6% en divisas, con una caída del precio del 4%. Las mejores capturas al norte, aprovechadas por la flota fresquera marplatense, se reflejan en estas cifras.
En el caso del langostino puede observarse la preponderancia de la actividad en Rawson también en las exportaciones, dado que no fueron los langostinos enteros los más vendidos sino las llamadas colitas: 17.567 toneladas de las 31.957 toneladas totales y 116.540.000 de dólares de los 200.296.000 de dólares de recaudación total.
Estas cifras representan un alza del 37% en volumen y del 47% en dólares. Debe tenerse en cuenta que la temporada recién acaba de arrancar y en los próximos ejercicios es esperable que las ventas de entero se recuperen. El inicio de la temporada los encuentra con un mejor precio que el año pasado, un 7,5% mayor.
El calamar illex es la estrella del primer trimestre. Si bien las capturas no fueron de la abundancia de otros años, la diferencia con los pobres números de 2016 resulta determinante. Se vendieron 39.832 toneladas por 89.578.000 de dólares, principalmente de calamar entero; y el precio promedio se mantiene en alza a pesar de las buenas capturas, registrando un aumento del 60% comparado a los valores de igual período del año pasado.
Importaciones
El sector que menos ruido ha hecho estas últimas semanas en Mar del Plata es precisamente el que más afectado se ve por la política del gobierno nacional, el conservero. Las importaciones de preparaciones de pescado no dejan de crecer, afectando directamente a la producción nacional: en el primer trimestre el alza fue de 18% en volumen y 44% en dólares. En total las importaciones crecieron 23% en toneladas y 60% en divisas que han salido del país. (Karina Fernández – REVISTA PUERTO