La novela en torno al cuestionado negocio del servicio de remolcadores para los barcos de GNL que llegan al puerto de Buenos Aires y al de Escobar acaba de sumar un nuevo capítulo.
En una medida que dejó expuesto al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, Maerks, la poderosa empresa danesa que se presentó en la compulsa nacional de la mano de la argentina Marítima Meridiam, sumó una nueva anormalidad al proceso al haber incumplido el envío de remolcadores según los plazos establecidos (1 de octubre).
Incluso, según publicó el sitio digital La Política Online, un día antes del plazo fijado Maersk le comunicó a Enarsa que aún no pudo ingresar los remolcadores al país y que va a necesitar entre 30 y 45 días más para comenzar a operar.
De acuerdo al pliego de licitación los remolcadores de los metaneros deberían haber entrado en funciones el primero de octubre.
De todas formas, según se pudo establecer, el no arribo de las embarcaciones de remolque no generó demasiados problemas en el puerto local, sobre todo por la escasa cantidad de buques con GNL previstos en este mes y, en segundo lugar, porque los que arribaron al muelle de Mega lo hicieron apoyados por los remolcadores existentes.
La Política on Line informó que los remolcadores que Maersk y Meridian incluyeron en su oferta se encuentran en el puerto de Montevideo donde ya fueron revisados por técnicos de la Prefectura Naval Argentina (PNA).
El resultado de las inspecciones habría dejado varias dudas respecto al estado y las condiciones de seguridad de los remolcadores.
De acuerdo con los datos que se manejan en el sector, al menos tres de los seis remolcadores que ingresarían inicialmente al país deben ir a “dique seco” para que los inspectores de Prefectura vuelvan a revisar fuera del agua las estructuras externas de las naves y definir qué tipo de reparaciones hay que efectuar antes de que sean autorizados a funcionar.
Junto con los permisos de Prefectura, Maersk tiene que lograr otras cuatro autorizaciones técnicas y legales clave provenientes de la secretaría de Industria, el INTI), Aduana y la secretaría de Puertos y Vías Navegables.
La Política on Line señaló que ante la demora de Maersk, Enarsa tomó una medida insólita: contrató de apuro a Trans Ona que denunció a la empresa estatal por haber direccionado la licitación en favor de la naviera danesa.
En tanto, en la causa judicial que ahora está en manos de la Sala II de la Cámara Civil Comercial Federal, Transona denunció que las autoridades de Enarsa demoraron 18 días la notificación oficial del resultado de la polémica licitación.
Fuente: nuestromar.org