Empresarios del medio local pretenden exportar langostino a Brasil nuevamente. Ese mercado hoy está cerrado por una medida judicial dictada en 2013 por la Justifica Federal de San Pablo al amparo de los productores de camarón.
Ocurre que el escenario cambió en estos últimos meses. Los acuicultores del vecino país enfrentan problemas sanitarios por el resurgimiento de la mancha blanca en los criadores ubicados en el nordeste, en el estado de Ceará.
La prensa de esa región se esfuerza por destacar que el virus, visible en el caparazón de los individuos, es inocuo para el humano, aunque reconoce que es letal para el recurso. Termina con poblaciones en cuestión de días.
“A raíz de esto, hoy los productores no están abasteciendo bien la demanda”, definió un empresario marplatense que sigue de cerca las variables del comercio exterior.
Como muestra, representantes de restaurante, supermercados y hoteles se sienten rehenes de una pequeña porción dominante de productores, quienes frente a la disminución del volumen vienen elevando los precios hasta niveles insospechados.
Quejas internas por los precios
“Si la importación se liberará tendríamos precios más razonables”, advierten los compradores brasileños. Es claro que Brasil no es capaz de producir el volumen que necesita. Claro que asoman, alternativas, como comprarle a Ecuador; pero nuestro país tiene oportunidades que explorar.
“Sería interesante en esta coyuntura ver la posibilidad de gestionar nuevamente a través de las autoridades la posibilidad de abrir el mercado para el langostino argentino. Iniciar conversaciones a nivel Mercosur”, consideran desde el sector.
Actualmente los principales destinos del langostino argentino son España, China, Italia, Japón, Estados Unidos, Vietnam y Thailandia, entre otros.
Vale recordar que en 2013, Brasil había habilitado el envío langostino proveniente de la Argentina. En principio, se hablaba de un cupo de 5 mil toneladas; pero la fuerte presión ejercida desde la Asociación Brasileña de Criadores de Camarón terminó bloqueando la iniciativa.
En ese momento argumentaron que buscaban protegerse de eventuales enfermedades ligadas a la especie pescada en las limpias aguas del Altántico Sur; pero la barrera fue más comercial que sanitaria.
Porto Alegre demanda pescado congelado
De alguna manera incentivados por el ejemplo de Nueva York, las autoridades de Porto Alegre prohibieron el uso de pescado fresco en los restaurantes orientales mediante la ordenanza1109/2016. A partir de ahora, demandarán una congelación previa.
Las especies de mar deberán haber sido sometidas a -20ºC por un mínimo de 24 horas o -35º por un mínimo de 15 horas. El procedimiento, que busca eliminar riesgos sanitarios, debe ser confirmado por los proveedores de lo establecimientos.
Fuente: Pescare.