Bastó con que el hombre prehistórico descubriera el fuego, para que comprendiera que no sólo le servirĆa para lograr calor y cocer alimentos, sino que lograba mediante las llamas iluminar sus cavernas en las noches. La luz solar se aprovecha durante el dĆa.
La llama fue el primer medio de iluminación utilizado por el hombre desde muchos miles de años anteriores a Cristo. Unos 500.000 años antes de Cristo aprendieron a encender la llama para aclarar las tinieblas.
Se han encontrado vestigios de fogones y hogares, en los que probablemente se usaba madera, carbón de leña y grasas animales como combustibles.
Se estima que hace unos 50.000 años apareció el primer candil propiamente dicho, alimentado con aceite o grasa que convivió con las teas y las velas.
CorrĆa el aƱo de 1882; eran casi las nueve de la noche y Thomas Alva Edison daba los Ćŗltimos toques a su central elĆ©ctrica. Las calderas de vapor estaban a su presión de trabajo y las barras de cobre listas para recibir los 100 volts de corriente continua. A una seƱal de Edison, sus ingenieros abrieron las vĆ”lvulas, el vapor empujó los Ć©mbolos de las mĆ”quinas de vapor y los generadores acoplados a ellas comenzaron a girar y a emitir su caracterĆstico zumbido. Momentos despuĆ©s, el gran inventor cerraba el interruptor principal y en la calle Pearl de Nueva York desaparecĆa la oscuridad al brillar en ella dos largas hileras de focos que el propio Edison inventara unos meses atrĆ”s.
…..A la maƱana siguiente, los principales diarios daban a conocer al mundo la noticia con titulares como Ć©ste: āSe hace la luz en Nueva York, pero es la luz elĆ©ctrica de Edison, que convierte la noche de la calle PearI en dĆaā.
Los primeros pobladores de este lugar del paĆs, tenĆan como iluminación natural las esplĆ©ndidas lunas llenas, que ponĆan algo de transparencias en las retinas de los vigĆas oteando los puntos cardinales, para adivinar o vislumbrar la llegada del indio. Cuando las noches comenzaron a extenderse junto a una geografĆa elemental, se procuraba que, dice Helen (MarĆa Beatriz Serruya) en el suplemento editado por āLa Nueva Provinciaā por el 170 aniversario de BahĆa Blanca, ācandiles y velas fueron las primeras luces que le robaron un retazo de sombra a la sombraā.
Promediando el siglo XIX, se trajeron a la ciudad, las columnas con faroles a aceite, que habĆan sido reemplazadas en Buenos Aires, a los que sucedieron los que quemaban querosĆ©n o alcohol.
Hubo un intento particular de una sala de espectĆ”culos hacia fines de siglo, con un generador de energĆa elĆ©ctrica. Transcurriendo el nuevo siglo, se colocaron en las calles cĆ©ntricas de BahĆa Blanca, decenas de lĆ”mparas elĆ©ctricas y se extendió, de a poco, a los negocios y casas particulares. Hubo una vuelta al alumbrado pĆŗblico a gas, proveniente del gasómetro ubicado en Villa Rosas.
En nuestro pueblo, antes de la instalación de las usinas productoras del suministro elĆ©ctrico, un emprendedor vecino, el seƱor David Rocca, propietario del Mercado Rocca, habĆa instalado, en 1923, en el patio de su domicilio un generador de corriente, que ademĆ”s de alimentar su hogar y el mercado que lleva su nombre, se extendĆa a comercios y vecinos no sólo aledaƱos, sino de algunas manzanas colindantes. Esa mejora permitió, en 1924, la realización del primer carnaval con luz en Ingeniero White. Otro de los adelantos del seƱor Rocca, fue un molino semisurgente, que alimentaba con agua ademĆ”s de propias instalaciones a las casas de sus vecinos. En homenaje a uno de sus descendientes que continuó la obra de modernización iniciada por don David, una calle, un pasaje de nuestra localidad, ostenta su nombre, Luis Alejo Rocca, ya que fue el encargado de adquirir, subdividir en lotes y permitir que familias trabajadoras tuvieran donde asentar su viviendas
USINA
Las exportaciones exigĆan ampliar las instalaciones portuarias y su puesta en óptimas condiciones de trabajo exigĆa la provisión de energĆa elĆ©ctrica; por ese motivo el Ingeniero Guillermo White con fecha 18 de noviembre de 1902, solicitó las autorizaciones oficiales al gobierno nacional, para construir una usina al suroeste de la estación de pasajeros.
Con ello se aseguraba la operatividad de las instalaciones recientemente construidas en el puerto, como las cintas elevadores de cereal, guinches, etc., asà como el suministro para las dependencias ferroviarias, estación, playa de maniobras, talleres, galpón de mÔquinas y la nueva estación de pasajeros, que estaba proyectÔndose.
Un mes despuĆ©s fueron aprobados los planos de la futura usina que venĆa a reemplazar a la provisoria y se construirĆa frente al edificio de Resguardo y Aduana, donde pasarĆa, tiempo despuĆ©s, el Puente La NiƱa.
En 1908 se inició la construcción de la usina, encomendada a un contratista que ya habĆa realizado varias obras para las empresas Ferrocarril del Sud y BahĆa Blanca Noroeste y que fuera coincidente con la edificación de la usina en el sector de Loma Paraguaya.
En esta localidad, se realizarĆa en tierras ganadas al mar y tendrĆa las siguientes caracterĆsticas:
El edificio constarĆa de dos grandes naves, apareadas, y construido en ladrillo visto, con cubiertas de chapa, a dos aguas (cada nave), siguiendo el tĆpico diseƱo de las construcciones industriales inglesas de la Ć©poca.
Una de las naves contendrĆa la maquinaria de la Usina (calderas, generadores, transformadores, cuadros de mando, etc.), el Taller de Electricidad, y en el extremo norte la oficina general, de mecĆ”nica y de electricidad.
Esta nave tendrĆa un puente grĆŗa, de 30 toneladas., desplazable a lo largo del taller.
La otra nave, de menor longitud (54 metros contra 70 metros de la anterior), serĆa utilizada para Taller de MecĆ”nica, con una serie de mĆ”quinas afines a esa actividad, como son los tornos, agujereadoras y otras.
Una vĆa decauville (que lleva ese nombre por su creador PaĆŗl Decauville y tiene la particularidad de poder ser montada y desmontada rĆ”pidamente), recorrerĆa interiormente el taller de mecĆ”nica, y ademĆ”s se conectarĆa exteriormente, con el taller de electricidad.
TambiĆ©n serĆa en ladrillo visto una gran chimenea, como tiraje de las calderas, de unos 50 metros de altura. La obra estuvo a cargo del constructor local JosĆ© Rión, bajo la dirección del ingeniero Alberto Pringles, responsable de otros trabajos relevantes en el puerto, como la construcción de los elevadores de chapa.
Los volĆŗmenes de sus galpones contrastan con la esbeltez de la chimenea; al valor propio del ladrillo se le suman distintas ornamentaciones como los arcos de las ventanas que le dan al edificio mejores terminaciones y mayor jerarquĆa.
Construido en sobrio estilo inglĆ©s, el edificio presenta caracterĆsticas excepcionales, no sólo por sus dimensiones, sino por su estĆ©tica y funcionalidad. En cuanto a las primeras, posee 3.000 metros cuadrados de superficie Ćŗtil, se eleva catorce metros sobre el terreno, sus paredes tienen un metro de espesor, los cimientos fueron realizados en hormigón a una profundidad de 8 metros.
Sobre el remate de la chimenea, al finalizarse su construcción, se colocaron las banderas Argentina e Inglesa, el 29 de junio de 1908.
Los fuegos de las calderas eran alimentadas con carbón de piedra, importado por el FCS desde Inglaterra.
Se contaba tambiĆ©n con los depósitos correspondientes para almacenar al carbón que, obviamente, llegaba al lugar por vĆa marĆtima.
La nueva usina fue ubicada al sureste de la estación Ingeniero White, cercana al muelle Nro. 2 en el que se construyeron los elevadores de chapa (Nº 1 y Nº 2).
Como vemos, en ese perĆodo, el Ferrocarril Sud (FCS) construyó tres usinas en el complejo ferro-portuario de Ingeniero White, la provisoria, la aprobada en 1902, y finalmente la de 1908.
En planos del FCS del año 1936 la construcción era nombrada como “edificio de la ex usina de Ingeniero White“, por lo que suponemos que, por esa fecha (o antes), la usina eléctrica ya no prestaba servicios como tal. En cambio los talleres siguieron en plena actividad.
Posiblemente al ponerse en funcionamiento la Usina del Castillo, construida por Empresas ElĆ©ctricas de BahĆa Blanca, las instalaciones del FCS fueron servidas por la misma. El edificio de la ex Usina del FCS estĆ” en pie pero, lamentablemente, sus instalaciones abandonadas, no han escapado a los actos vandĆ”licosā.
SOCIEDAD COOPERATIVA DE LUZ Y FUERZA LIMITADA
Un grupo de vecinos progresistas, reunidos bajo el ideal cooperativista, se propusieron dotar a Ingeniero White de una usina productora de energĆa elĆ©ctrica. Fue, luego de infructuosas tratativas realizadas ante el FCS, por las fuerzas vivas, los medios y las autoridades municipales, para que la usina ferroviaria, proveyera de luz a la población.
La modesta usina logró en 1928, una planta motriz con tres motores de 560 caballos de fuerza y una red de distribución hacia todo el pueblo, suministrando el servicio a los asociados.
HabĆa sido fundada el 21 de diciembre de 1924 y se puso en funciones oficiales el 1 de enero de 1926. Ese mismo aƱo la red elĆ©ctrica habĆa sido tendida hasta el Boulevard XX.
El primer consejo de administración, se denominaba directorio y era presidido por don Antonio Valle, que fuera factotum de la creación del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ingeniero White y se repiten, entre los demÔs miembros del cuerpo, en esta comisión inicial, apellidos fundamentales en otras instituciones de la localidad, como Usandizaga, Lemus, Nielsen, Troncoso, Natali, Lago, Stacco, y otros.
Cuando a nivel general se tomó conocimiento que era un emprendimiento rentable la explotación del suministro de la electricidad pública, la entidad tuvo que enfrentar factores tan adversos como influyentes, que intentaron desacreditarla y desplazarla de la localidad poniendo a prueba, su estabilidad y acreditación en el pueblo con su organización cooperativa.
HabĆa sorteado todo tipo de escollos y hasta tuvo que enfrentarse a los poderosos grupos extranjeros que encabezaba el Ferrocarril del Sud, quiĆ©n se dio cuenta que perdĆa un muy buen negocio e intentó por todos los medios desplazar a la cooperativa.
La cooperativa con el apoyo de los vecinos y propietarios, consigue retener el suministro hasta que la despareja lucha de intereses favorecida por los gobiernos de turno, hicieron que su preponderancia fuera en declinación, hasta desaparecer, pasando entonces la entidad a manos de la Empresa Eléctrica provincial.
EX USINA GENERAL SAN MARTĆN
Un grupo vinculado la CompaƱĆa Ćtalo Argentina de Electricidad de la ciudad de Buenos Aires, denominado Empresas ElĆ©ctricas de BahĆa S.A. obtuvo por parte del municipio bahiense la concesión del servicio de electricidad para las necesidades de la ciudad y barrios que la compone. Para ello compran las instalaciones de la CompaƱĆa Sudamericana de Luz y Fuerza Limitada, en Loma Paraguaya que, ante el incremento de consumo, principalmente de las nuevas industrias radicadas, resultaba insuficiente para abastecer el crecimiento sostenido del cada vez y mucho menos al pequeƱo villorio. En el paquete se incluyen ademĆ”s todos los bienes de esa empresa.
Por esa razón se promueven los pasos para solucionar este dĆ©ficit de energĆa. La nueva empresa solicita y obtiene el concurso del arquitecto Molinari, que habĆa realizado trabajos de ampliación de la cobertura elĆ©ctrica en las zonas capitalinas. Se determina el lugar conveniente para la localización y se adjudica la obra a la empresa GeopĆ©. Es un tĆpico y autĆ©ntico castillo de estilo Tudor, como los construidos en Inglaterra durante los siglos XV y XVI. Y ese lugar era ocupado en ese momento por el mar. Se logró una base de sustentación, con el hincado de setecientos pilotes hasta encontrar el suelo de roca o piedra y la edificación se dio por concluida en 1932.
Los materiales fueron logrados a travĆ©s de la CompaƱĆa Ćtalo, traĆdos, en su gran mayorĆa desde Italia, rompiendo una regla, casi establecida, de dependencia con el abasto de materiales y capitales ingleses, para las grandes obras.
āA pesar de que muchos refieren a su estilo como inspirado en el gótico, sobretodo por la aparición de arcos ojivales, el mismo responde a los lineamientos de la arquitectura medieval propia del RomĆ”nico lombardo, lenguaje adoptado por la CompaƱĆa Italo Argentina para sus usinas, estaciones y subestaciones, tanto en la ciudad de Buenos Aires, como BahĆa Blanca, siendo una de las primeras empresas en adoptar una imagen corporativa a travĆ©s de su arquitectura. A fines del siglo XIX, ese estilo era considerado como un estilo nacional en Italiaā (āPĆ”ginas urbanasā por Mario Minervino).
Se dio a la edificación el carĆ”cter de fortaleza y energĆa, revelado por los detalles de construcción.
Se trazaron asĆ, una obra escalonada hacia arriba, para culminar en la torre almedanada. Los planos de la obra detallaban hasta las formas y la ubicación de las Ā«falsasĀ» piedras.
Una cuidada imitación de piedra en grandes paƱos, le da un aspecto medieval, donde uno se imagina que va a aparecer un centinela, en las alturas, con el grito de āĀ”Buque a la vista!!ā.
Cada superficie presenta rasgos, dignos de ser analizados y comprendidos en su magnitud. En el libro āPatrimonio urbano y arquitectónico de BahĆa Blancaā se dice al respecto: āLlama la atención, sin embargo, una zona que en algo parece recordarnos un chalet, con sus techos de tejas y una falsa logia que vincula esta parte con los fuertes arcos de la planta inferior.
Mil y un detalles pueden analizarse ya que cada Ć”ngulo nos muestra alguna faceta digna de tenerse y tener en cuenta. Entre ellas se destaca la advocación a San Jorge y la inclusión de un hastial que forma el techo de tejas de una escultura apoyada sobre una superficie plana. (ā¦) Esta obra titulada āSan Jorge y el dragónā fue realizada por el artista italiano Troiano Troiani, quien, luego de estar en varias ciudades europeas, llegó al paĆs en 1914.
Es posible que haya sido donada por dos italianos los directores generales Juan Carosio y AgustĆn Zamboni de las empresas Ćtalo y ElĆ©ctricas de BahĆa Blanca. Muestra a San Jorge montando brioso caballo a punto de clavar su lanza en la boca del dragón. El momento es captado con el mayor dramatismo. El rostro sereno del santo se contrapone con la feroz cabeza del animal agazapado bajo la figura del caballo. La lanza constituye la lĆnea principal de la composición acompaƱada por el cuerpo del hombre y contrapuesta con el eje del caballo. De esta manera el tenso dinamismo de la escena mĆtica se ve perfectamente equilibrada por la composición .(..) La estatua se ubica entre decenas de columnas neoclĆ”sicas que le dan un toque de distinción al inmuebleā.
Inaugurada el 1 de octubre de 1932, se abastecĆa con fuel oil recibido de los barcos, que atracaban en el puerto, o por ferrocarril. TenĆa la posibilidad de usar carbón, pero su provisión era de muy difĆcil concreción. En los aƱos 40 bloqueadas las salidas de cereal y la llegada de barcos petroleros, sus calderas quemaron granos como combustible.
āDe paseo por Ingeniero White uno no puede dejar de sentirse conmovido cada vez que tiene oportunidad de ver el viejo edificio que alojara a la que fuera Usina elĆ©ctrica de nuestra ciudad a partir de 1932 y hasta entrada la dĆ©cada del 90.(ā¦) Declarado Patrimonio Provincial y propiedad del municipio, sigue pasando el tiempo sin que se logre poner en marcha un plan de intervención que permita recuperar esta verdadera maravilla de la arquitectura portuaria, singular en sus formas, y testimonio de la historia de la ciudad.ā (āPĆ”ginas urbanasā por Mario Minervino)
AƱos ha, desechada por la construcción de la nueva central termoelĆ©ctrica, abandonada por las autoridades provinciales bonaerenses que se habĆan hecho cargo, cuando culminaron ā o se anularon ā las concesiones; olvidada y depredada, ha pasado al Ć”mbito municipal, desde donde se intenta, convertirla en Ć”mbito de funciones sociales de cultura y a la renovación de la memoria de los buenos tiempos que ya no estĆ”n, con el nombre de FerroWhite, para lo cual se realizan actos que reviven hechos cotidianos pero fundamentales de las raĆces whitenses. Pero esa es otra historia que, seguramente, merecerĆ” un tratado particular y mĆ”s pormenorizado.
CENTRAL ELĆCTRICA COMANDANTE LUIS PIEDRABUENA
Cuando BahĆa Blanca, festejaba los ciento cincuenta aƱos de existencia, se comenzó a hablar de otra superusina, en Ingeniero White. En agosto de 1979, ocupando dictatorialmente la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el general IbĆ©rico Saint Jean, comenzó el relleno del terreno, en cercanĆas del bulevar Juan B. Justo, lugar elegido para la nueva Ā«superusinaĀ» elĆ©ctrica.
Considerada, junto con el dique y acueducto de Paso de las Piedras, como una obra clave para el desarrollo industrial de BahĆa Blanca, la usina serĆa la obra mĆ”s importante (por su costo) construida por la provincia de Buenos Aires en toda su historia.
HabĆa sido pergeƱada con la tecnologĆa mĆ”s avanzada del mundo, pero para ser erigida en los suelos siberianos de la Unión SoviĆ©tica y hubo que adaptar el proyecto para ser implantarla en nuestro pueblo. Fue construida por la empresa Ansaldo Argentina, con sede en Italia, segĆŗn los requerimientos tĆ©cnicos de la Dirección de EnergĆa de la Provincia de Buenos Aires.
La Central TermoelĆ©ctrica āComandante Luis Piedra Buenaā (CTBB) ocupa 60 hectĆ”reas de Ingeniero White, en terrenos ganados al mar, mediante un sistema de refulado y relleno, comenzando sus operaciones en el aƱo 1986.
Su potencia es de 620 MW, que representa escasamente el 5% del consumo total del paĆs y que se entrega a la red de 500 KV del Sistema de Interconexión de la Red.
Cuenta con dos turbinas de vapor de origen ruso y el combustible usado hasta el presente, fue el gas y el fuel oil, habiĆ©ndose previsto su funcionamiento con carbón, que requerirĆa una costosa y profunda modificación de operatoria, en especial, para el acopio de carbón, ademĆ”s del deficiente abastecimiento y para las adecuaciones en las emisiones de excedentes de la combustión que necesitarĆan una inversión cercana a los cien millones, que harĆa totalmente ineficaz la ecuación comercial.
El costo de esta superusina superó los 1355 millones de dólares estimados a priore. Como otras grandes obras realizadas fue una pesada carga que todavĆa soporta el paĆs.
Lo que fuera presentado como el sĆmbolo del progreso inmediato, pronto resultó una gran brasa ardiente, que nadie se atrevió a mitigar y que como siempre sucede, el hambre de la población, sostiene en el tiempo esa erogación desde las arcas oficiales.
El gobernador Alejandro ArmendÔriz, estableció en su momento que con un gravamen, del 5,5 %, en la facturación de los servicios de EDES, la empresa encargada del suministro en la provincia de Buenos Aires, se solventara la amortiguación de esa deuda que quedó por la construcción de la Central Eléctrica Luis Piedrabuena.
Finalmente quedó la deuda y el gravamen pero la usina fue vendida por un vuelto.
Pese a que su costo de construcción superó ampliamente la cifra aludida anteriormente, la central la Central Piedrabuena fue adjudicada por 30 millones de dólares al grupo Sodigem āintegrado por Camuzzi y los estadounidenses CEI Citicorp y Pacific. Luego pasó a manos del grupo rosarino Albanesi, que, con el apoyo financiero del fondo estadounidense Bell, en 2004 pagó u$s 25 millones por la generadora. Por su parte Pampa Holding, la empresa controlada por los Mindlin, que es dueƱa de varias centrales elĆ©ctricas y accionista de la transportadora Transener, adquirió hace poco tiempo la Central Piedrabuena por u$s 85 millones.
Al Estado le quedó una deuda con el Banco Provincia que fue un préstamo tomado para el desarrollo de la Central Luis Piedrabuena. Esa deuda no la asumió EDES, sino la provincia.
Con las disposiciones de cobro en la facturación, de EDES y otras empresas, iniciada por el ex gobernador ArmendÔriz y copiadas por sus sucesores, la provincia obtiene $ 130 millones de pesos de los $ 180 millones, que es lo que anualmente se destina a la cancelación de ese préstamo.
Si se tiene en cuenta que el adicional rige desde hace 22 aƱos, se habrĆan recaudado 2.860 millones de pesos. Sin embargo se habrĆan amortizado mĆ”s de 1000 millones y todavĆa quedan 3.382.788.202 millones de pesos de deuda.
Un diputado provincial afĆn al oficialismo, que prefirió no ser identificado, explicó que la negativa para derogar y ordenar estas leyes y a transparentar quĆ© se debe y cuĆ”nto se pagó, se origina simplemente, en la formidable recaudación que genera para el Estado, la gabela incluida en los servicios. Ya que no sólo se percibe por esta obra sino que tambiĆ©n se cobra por la Central de Bombeo de Laguna La Brava y por la Usina Popular de San Pedro con la denominación de āFondo Especial de Grandes Obras ElĆ©ctricas Provincialesā, a la orden de la Dirección de EnergĆa de la Provincia
En el quinquenio 1999/2004, esta usina, sólo estuvo en marcha un total de 18 meses y, en ese lapso, distintas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) ambientalistas han manifestado inquietud por las cenizas y asbestos generados y preocupación en relación a aspectos del funcionamiento de la usina, seƱalando que la misma tiene tecnologĆa anticuada.
Cuando se realizó la edificación de la Central Comandante Luis Piedrabuena, eran materias olvidadas las ideas que pergeƱaron los dos grandes castillos de los Elevadores de Granos y la ex Usina General San MartĆn, con atractivos vecinales y turĆsticos. De no ser por su monumentalidad, especialmente de la chimenea, de 152 metros, listada en anillos rojos y blancos, que se avista desde cualquier punto cardinal desde donde se ingrese a la ciudad de BahĆa Blanca y de las enmaraƱadas columnas y tendidos elĆ©ctricos, la edificación es de una chatura creativa consistente en grandiosos paralelepĆpedos, cuyas caras laterales son aun mĆ”s sombrĆas pintadas de un lĆŗgubre color negro. Las moles oscuras de sendas calderas duplican la elevación de la enorme sala de mĆ”quinas de treinta metros de altura y casi ciento cincuenta metros de largo.
El Ôrea que abarcan las diferentes construcciones supera las 70 hectÔreas fue rellenada, con el aporte de dos millones de metros cúbicos de material proveniente del dragado del canal principal del puerto.
Las calderas encargadas de transformar combustibles en energĆa tĆ©rmica que transfieren al agua, producen vapor del orden de 250 atmósferas y 540° de temperatura; han sido fabricadas por la empresa alemana Babcock.
Las turbinas de origen ruso, transforman la energĆa tĆ©rmica aportada por el vapor, en energĆa mecĆ”nica.
La sala de control es el fiel reflejo del alto grado de automatización que posee ésta central. Los circuitos de cÔmaras permiten ver el comportamiento de los 24 quemadores de las calderas.
Sin embargo los llamados āpequeƱos incidentesā perturban y hasta mantienen en vilo a la población, altamente sensibilizada, ya que irrumpen en sobresaltos sonoros y con razón temen que se repitan consecuencias mayores de las que la fortuna ha evitado. AdemĆ”s y ante la posibilidad de escasez en la provisión de gas, la utilización de carbón como combustible en la termo elĆ©ctrica, formarĆ”n un cóctel explosivo, donde la es la menor contingencia o el mĆ”s Ćnfimo descuido, pueden ocasionar el Ćŗltimo desastre y el punto final de nuestra historia.
Redacción: Tino Diez
Fuentes :Ā www.educar.org/inventos.
http://ar.geocities.com/ferrocarrilpagochico/boletin22.htm
Libro por el Centenario de BahĆa Blanca, publicado por EL PUERTO (1928)
http://www.nochebahiense.com/bahia-blanca_economicas-puertos.asp#usinas
http://sepiensa.org.mx/contenidos/luzelectrica/luz1.htm :āY se hizo la luz ā¦elĆ©ctricaā
Grupo āSalvemos el castilloā
Un agradecimiento especial a mi amigo Norberto āBochaā Morresi, por su importante colaboración.